jueves, 18 de julio de 2013

Cardo y ceniza Perusito

Me desperté avergonzada... ¿Qué me da vergüenza?
Porque la vergüenza es un sentimiento sobre uno mismo (por eso existe la frase "vergüenza ajena") vergüenza se siente de algo que yo hice, hago, haré, soy, fui o seré, o todas las anteriores. "Vergüenza nacional", ¿vergüenza que se siente como nación? Mentira, no somos capaces de sentir como nación. Todavía y quien sabe si algún día. Por ahora podríamos llamarle "vergüenza indignada", o para no hacernos los triunfalistas "vergüenza caviar" o "vergüenza hipster" o "vergüenza de aquellos que están en mi facebook", y en cualquier caso "vergüenza de algunos pocos", y ¿por qué? ¿Qué nos avergüenza? ¿que hemos hecho mal?
No hemos sabido elegir. Puede ser, pero no solo eso no?
No hemos sabido fiscalizar como sociedad civil a nuestros elegidos, sí, también, pero antes... antes...
No hemos sido "políticos", es decir, no nos hemos involucrado lo suficiente en la vida política de nuestro país, de nuestra ciudad, de nuestro distrito, barrio, cuadra. Eso que se llama ser "políticos" en la vida diaria y que puede reducirse a acciones simples y básicas como ser parte de la junta de propietarios del edificio o generar algún tipo de vínculo organizado en la calle en la que vivimos. Ir a las juntas de padres de familia, leer el periódico, el blog o el medio de información que preferimos, siempre sabiendo que quien sea que pretenda informar en estos tiempos, también pretende hacernos pensar de determinada manera.
Mirar a la gente que cruzamos en la calle, a los ojos, decir buenos días al portero y estar atento a los cambios de la ciudad y decisiones de los alcaldes. Tener el coraje de decir que no estoy de acuerdo, en voz alta, o con un estencil, o con una acción escénica, o con un post en facebook (y no me jodan con que el activismo internetico "no es lo mismo", vayan a ver lo que ha logrado en otros países indignados, no es lo mismo pues, pero es otro camino, y siempre es mejor que no decir nada!). En cualquier caso involucrarse, con el de al lado, con los de alrededor, con el país también. Por supuesto que el PAIS es inabarcable, y nunca un solo individuo va a lograr contenerlo completo, y no se trata de eso. Se trata de salir de uno mismo un poquito para mirar que hay mierda alrededor. Darnos cuenta que no todos en el Perú están viviendo por siempre felices comiendo cuy y quinua, que no todos en el Perú somos iguales y eso está bien, que no se trata de minimizar al que busca la felicidad de otra manera, que hay "felicidad" para todos. Y ESCUCHAR, escuchar sin creernos dueños de la verdad, escuchar las razones de los demás, escuchar a nuestros hijos, a nuestros amigos, a nuestros vecinos, validarlos como interlocutores y como iguales.
Darnos cuenta que nos hemos equivocado en elegir, y no hemos fiscalizado a nuestros elegidos, y de que nos quejamos de que no hay mejores candidatos cuando no hacemos ni un poquito para criar candidatos, para generar espacios en los que aparezcan candidatos, para ser buenos candidatos.
Eso me da vergüenza esta mañana, y bien conchuda escribo esto en plural cuando es básicamente sobre mi. Sobre que no salí a mostrar mi indignación ayer porque tenia que trabajar. Sobre que ahora me digo a mi misma que escribiendo estoy haciendo algo (además de callar mi conciencia). Sobre cada vez que prefiero callarme la opinión para no entrar en discusiones. Y así seguirán siendo mis despertares supongo, de vergüenza nacional por mi manera de ser peruana.