domingo, 24 de febrero de 2013

23 de febrero


Nuestra vida transcurre en un movimiento pendular constante que va del Amor al Miedo, y cada una de nuestras acciones (y por acciones entiendo cada pensamiento, palabra, sentimiento o acto realizado) es un motor que utilizamos, consciente o inconscientemente,  para acercarnos a un extremo, o al otro. Al Amor, en su forma más pura, o al Miedo, en su esencia también. Lo único realmente seguro es que ese movimiento, ese balanceo, no para nunca. 

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La muerte, el asesinato de un hombre joven; la orfandad de una niña pequeña, la violencia, el sin sentido, la in humanidad. No hay razones ni explicaciones suficientes. La única manera de encajar acciones como estas en algún tipo de lógica parece ser des humanizando a sus perpetradores, alejándolos de nuestra propia naturaleza. Resulta muy difícil reflejarse, identificarse, en acciones así  Resulta casi imposible de explicar, ¿Qué impulso puede terminar en este tipo de acción?  ¿Qué tipo de ser  humano puede "querer" matar a alguien? ¿Es tan amplio el espectro de lo que significa ser humano? ¿Qué es lo que hace que una persona se acerque tanto al Miedo?
Porque para llegar a ese nivel de violencia hay que estar sumergido en Miedo, en terror absoluto, en ceguera. Para quitarle valor a la vida hay que haber sido despojado de Amor. Por eso quizás es difícil imaginar qué puede pasar en el alma de ese ser humano. Imaginar un alma que no percibe Amor es desolador.

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Sin pretender plantear explicaciones, (¿Con qué derecho además?) pero pensando en qué hay que hacer sobre esto... 
¿Nos damos cuenta de que todos ejercemos violencia sobre alguien? 
Es violento llenarnos la boca con eslogans marqueteros sobre el progreso y los booms y la mejora de la economía, cuando la mayoría de personas que nos cruzamos en la calle no tiene acceso a los beneficios de estas supuestas mejoras.
Es violento perpetuar y validar un sistema en el que inevitablemente una pequeñísima minoría "vale más" que la gran mayoría.
Es violento educar a generaciones en la creencia de que la cantidad es mas importante que la calidad, de que el dinero es más valioso que el aire o el agua o la tierra; de que el poder está por encima de la vida.
Nuestro comportamiento en la calle es violento, nuestra forma de ganarnos un lugar en el mundo está condicionado a ser violentos y agresivos, nuestro trato a las personas que nos rodean; estamos tan acostumbrados a manejarnos con violencia, con agresividad, desde el Miedo; que cuando algún iluminado se maneja y pretende vivir desde el Amor lo llamamos Mesías, loco o imbécil.

¿Esa es nuestra naturaleza?

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El hombre cuya vida terminaron ayer, tomó fotografías, retratos de los participantes y personajes de la fiesta religiosa Qoyllur Riti, y luego las expuso en gran formato en Mahuayani, lugar donde comienza el trayecto de la peregrinación, para ser vistas y disfrutadas por todas las personas que participaron en la misma fiesta. 
Ese es un acto de Amor puro. Esas son imágenes de Amor.

Mi única conclusión clara (ilusa e ingenua quizás) es que hay que seguir intentando balancear el péndulo hacia el otro lado.