viernes, 26 de octubre de 2012

Contrastes y bienvenida


Hoy llegó L de su viaje. 
Tiene 5 años  y se fue cinco días con su colegio a Huancayo. Todos, desde tres años hasta cuarto de media, acompañados por decenas de profesores, encargados de limpieza, trabajadores de administración, ocho buses llenos de una comunidad pequeña pero gigante, a descubrir un poco del país, un poco de ellos mismos, un poco de su independencia y de su identidad, a tomar un curso intensivo de ciudadanía y peruanidad. Nos dejaron aquí a los padres, angustiados, orgullosos y felices, porque sabemos que al regresar, esos niños serán un poco más humanos y un poco más "grandes"; porque sabemos que regresaran con historias y recuerdos que ya no son nuestros, son solo suyos y, buenos o malos, los enriquecen.
Mientras L estaba lejos, su ciudad cayó, una vez más en el caos, en la in-humanidad, y pasaron cosas que no puedo contarle. Murieron personas. Murieron dos personas por acción de otras personas. 
"En tu ciudad hijo, existen intereses económicos que generan acciones de violencia que resultan en muertos y heridos" "En tu ciudad hijo, en tu país, existe una desigualdad social, económica y educativa inmensa, y solo le hacemos caso cuando algo explota, cuando explota una bomba, cuando explota la violencia, cuando explota la vida, a palos" 
Yo no quiero tener que decirle eso.
Y la verdad se hace evidente, L y yo estamos del lado afortunado, afortunadísimo, que se va de viaje, que estudia, porque estudiar es un lujo. Y que accede, a lo que sea, accede. Y entonces resulta necio estar escribiendo esto. A veces parece que un país unificado, con prioridades bien puestas, es un sueño lejano. Un norte al que no llegaremos nunca. Y debo confesar que en esos momentos de desesperanza suspiro de alivio porque L, y yo, estamos del lado afortunado, y pienso en lo poco que hago. En lo poco que hacemos. Y me siento derrotada.
 Entonces recuerdo a mi mamá hablarme de las diferencias entre las personas, de la bondad que habita en cada individuo,  y de como siempre, siempre, los actos negativos son resultados de las carencias y no de la naturaleza humana. Recuerdo su indignación en los momentos en los que se enfrentaba a un juicio de valor sobre un otro, siempre empática, siempre optimista y siempre creyendo en los demás. Recuerdo cuantas veces la taché de ilusa y excesiva, y cuantas veces ella insistió en su tarea de hacerme creer en la gente. Y me agarro de esa tabla. Si ella pudo criarme, criarnos, en esta ciudad, creyendo en esta ciudad; en este país, creyendo en este país, yo también puedo. Si ella sigue persiguiendo ese norte lejano, a su manera, individual y "pequeña", yo también puedo. Y ese "poder" me da fuerzas.
"En tu ciudad hijo existen tantas cosas buenas y tantas cosas malas, y tanta gente que merece más oportunidades, tanta gente que no es igual a ti y que es igual de maravillosa que tú. Tu ciudad y tu país pueden llegar a ser felices, y armoniosos, y justos, para todos. Y aunque parezca muy difícil, cada cosa que  hagas en la vida puede ayudar a que eso pase. Cada acción que tomes en la vida puede acercarnos a ese norte"
Mientras tanto lo veo llegar de su viaje, cansado, "grande", feliz, y me alegro de que no tenga que pensar en lo que yo estoy pensando. Y también me alegro de que en algún momento, no tan lejano, el también tendrá algo que decir, algo que hacer, en este mundo.

martes, 23 de octubre de 2012

Mi BLOG me denuncia por abandono, aparentemente ahora prefiero al mas joven y menos profundo TWITER