jueves, 20 de diciembre de 2012

Princesa sapo navideña

A mi me encantan los regalos, me encanta darlos y me encanta recibirlos.
Me gusta la Navidad porque, entre otras cosas, es una época del año en la que le dedico tiempo y esfuerzo (y algo de dinero, por supuesto) a la labor de regalar a la gente que quiero; y escribo sobre ello por una sencilla razón: creo que se malentiende, en esta era del consumismo y las tarjetas de crédito,  qué significa regalar, por qué el acto de regalar algo tiene valor, cual es su valor, por qué lo hacemos.
Regalarle algo a alguien es un ejercicio de desprendimiento, pero no solo económico,  no vale por la cantidad de dinero que se gasta en el regalo; es un ejercicio de desprendimiento del ego también. Para hacer un buen regalo, un regalo que realmente le va a gustar al "regalado", hay que ponerse en su lugar, hay que pensar por un instante (o varios) en esa persona, en sus gustos (que no son los propios) en su manera de vivir (que no es la propia), en sus características; hay que saber equilibrar las preferencias de uno con las del otro, y finalmente hay que añadir a esa reflexión un poco de cariño y de interés  para que el regalo también aporte eso, así, aquello que regalamos no solo es algo que a esa persona le gustaría sino también aquello que creemos que la hará feliz, desde nuestro punto de vista. Tomarse esos momentos para pensar en un regalo es el regalo. Dedicarle unos segundos a pensar en otro, eso es un regalo para uno mismo.
El acto de regalar tiene un aspecto ritual, y por tanto debe ser tratado con respeto y debe cuidarse.
En los últimos días he estado en tres lugares distintos para comprar regalos, El centro comercial Jockey Plaza, La feria barranquina al lado del chifa Unión, la expo - venta organizada por el Ministerio de Cultura Ruraq Maki. Cada uno de estos lugares determinaba la experiencia de comprar, y por tanto determinaba también el carácter del regalo, el vínculo que tendré con la persona a quien entregaré ese regalo, y además mi humor del día. Comprar regalos en una feria de artesanía peruana,  realmente estas comprando mucho más que un objeto, regalas historia, contenido, un pedacito chiquito de identidad y la sensación que te queda de pasear por esa feria es de placer y armonía  En una feria de diseñadores jóvenes y menos tradicionales como las ferias que se realizan en barranco, la sensación es más acelerada, más "cool" y sin embargo no carece de gracia, la mayoría de los productos tienen también su carácter artesanal, personal, le llaman "de diseño" y "alternativo", yo reconozco la herencia de los artesanos de la otra feria, me gusta pensar que somos eso, un país creativo, artístico  de muchos colores. Y luego está la experiencia de comprar en las tiendas de marca, en los centros comerciales de plástico  A mi no me gusta eso, a veces lo hago, porque, bueno, donde voy a encontrar el par de zapatos que le aguanten a L todo el verano, pero salgo de ahí "exprimida" y un poco vacía, no siento que he adquirido algo, todo lo contrario, siento que me han quitado, un poco de paz, un poco de belleza, y un montón de plata.
Varias veces, varios años, he optado por hacer mis regalos, y ante el "mejor no regalemos nada" de mi familia he dicho "Yo quiero regalar, déjenme regalar" y hago alfajores, o canastas de papel mache, o móviles  o lo que sea, igual siento que realizo el ritual, pienso en cada uno de ellos mientras preparo el regalo, mientras envuelvo el regalo, mientras transporto el regalo, y cuando abren el regalo y les gusta el regalo, yo soy bastante feliz.
Así que: Es Navidad, Regalemos!, regalemos una carta, un dibujo, unas palabras en una botella tapada con un corcho, salgamos a buscar algo que nos haga pensar en la gente que queremos, y si le tememos al fin del mundo pues no salgamos, regalemos una botella de agua y un paquete de galletas de soda y llamémosle kit de supervivencia navideño, regalemos un abrazo y un beso, bien preparado y con nombre propio. Regalemos el tiempo que nos toma pensar en el regalo y pongámosle una tarjeta de mi para ti. Sin estres, sin angustia y sin problemas. Sin esperar nada a cambio. Solo por el placer de ver a otro feliz. GRACIAS!

lunes, 10 de diciembre de 2012

pequeñas palabras para alguien a quien admiro

"Yo creo que es importante ser soñador, tener utopías. Los derrumbes ideológicos que se han producido en los años recientes no significan que todo se haya derrumbado. Los principios y valores de los derechos humanos también te conducen a utopías..." F.S.

Trayectoria, es una palabra que me gusta. 
"Curso, desarrollo o evolución que sigue una persona o una cosa a lo largo del tiempo" 
Trayecto, camino. acciones de un solo actor, que en su contacto con el mundo varían y generan una ruta. Me gusta, es una palabra que evoca un pasado, un futuro y un presente, al mismo tiempo. Cambio y permanencia.
Hoy le entregan un premio a la Trayectoria a mi tío Francisco "Pancho" Soberón Garrido. El hermano mayor de mi mama. Mi tío Panchis, y pocas veces la palabra trayectoria me ha hecho tanto sentido. 
Mi tío Pancho dedica su vida a la defensa de los derechos humanos desde que yo tengo conciencia, eso es, mas de treinta años. Es conocido y reconocido en muchos países, por muchas instituciones y personas, ha recibido varios premios y muchos hemos sido inspirados por sus acciones y pensamiento. 
Continua trabajando desde la Asociación Pro Derechos Humanos APRODEH, institución que fundó en los tempranos 80s y con la que ha abogado, siempre desde el lado más frágil, más vulnerable, por el cuidado de los derechos fundamentales de las personas,de TODAS las personas, a través de varios gobiernos corruptos y autoritarios, a través de una guerra interna de décadas, a través de violencia y amenazas y des información y miedo e ignorancia. 
A mi tío Pancho además, le gusta la música, bailar salsa, cocina como los dioses y ama a su familia. También le gusta ponernos apodos que nos sacan de quicio y que grita a voz en cuello cuando nos ve aparecer, y tocar el timbre de la puerta sin parar para fastidiar a quien tiene que abrirle.
Para mí, que lo he visto siempre desde mi esquina de la mesa de los chicos, su vida privada no se distingue tanto de su vida publica, política  laboral; porque ambas están regidas por los mismos principios. El amor a la vida, a la verdad, a la justicia. La consecuencia entre actos, palabras y pensamientos. La esperanza puesta en el país y en la gente, a pesar de todo, a pesar de los retrocesos y las frustraciones. Estos principios son lo que permanece, lo que no ha cambiado y lo que rige la trayectoria que hoy reconocen. 
Básicos y aparentemente evidentes principios rectores, que fueron siempre obvios e indiscutibles para nosotros, en la mesa de los chicos, porque existieron para los "grandes" desde antes que nosotros naciéramos. Recién cuando me cambié de "mesa" y entendí por qué había que defenderlos, por qué había que luchar para hacerlos prevalecer, entendí también por qué el trabajo de mi tío era tan valioso y por qué su teléfono siempre sonaba y el siempre respondía.
Desde aquí entonces, mi homenaje a esa trayectoria, a ese camino que continua, y que tan bien ha sabido hacer. Y mi agradecimiento por ayudarme a entender qué significa trayectoria, y como hay que trazarla. Como hay que caminarla para que cuando te la premien, lo que te estén premiando sea la vida. 
Te quiero conchucano montuvio!

domingo, 25 de noviembre de 2012

Seis colores

La razón: Aquél mecanismo por el cual captamos las cosas y las hacemos "entendibles", manejables. Las nombramos y así, las categorizamos. Las despojamos de sus propiedades mágicas  Porque en realidad TODO es mágico  todo es mutante, todo es al mismo tiempo: pasado y futuro, bueno y malo, dos (o miles de) caras de la moneda.TODO contiene TODO.
La intuición: La capacidad innegable e irrenunciable del ser humano de percibir esa mágia en TODO. La sensación innegable de pertenencia y permanencia con respecto a ese TODO. La corriente de energía interna que relacionamos con los pálpitos, con las sensaciones, con los sentimientos.
El ser humano: El continente de estas dos fuerzas. El catalizador de TODO. El que elige, consciente o inconscientemente, si será motivado por la razón, si será motivado por la intuición;  si será capaz de aprovechar ambas, ya que las posee y de esa manera accionar en el universo de manera equilibrada, fluida, feliz.
F arma un cubo Rubik y trata de batir su propio récord. 1 minuto y 20 segundos.
La pasión por el reto lo ha llevado a aprender fórmulas, logaritmos, una racionalización compleja de leyes físicas que yo, francamente, no entiendo. Su Razón esta funcionando a mil por segundo, su cerebro racional lleva el timón. Es un ser de hemisferio izquierdo, analítico, secuencial, lógico y convergente.
O no?
Mientras le tomo el tiempo lo observo, todo su cuerpo está conectado, su concentración no es únicamente cerebral, su respiración, sus manos y su corazón se mueven rítmicamente pero sin una secuencia lógica,  su cabeza baila de un lado a otro, buscando con la mirada el angulo que va a atacar a continuación. Sus ojos brillan, el motor de todo este movimiento, de toda esta energía, no está bajo control, no es la razón, es algo más grande y más poderoso.
Dentro de las reglas de su juego F deja fluir ambas fuerzas. No las observa, no las juzga, las deja ser... Dentro de las reglas de su juego. Tres intentos más... 1 minuto y....

miércoles, 7 de noviembre de 2012

reflexiones de una princesa - sapo

Había una vez en un lejano país..
el bueno le gana al malo...
 y vivieron felices para siempre.

Y qué pasa cuando no es un "lejano país" sino aquí mismo, cuando no "había una vez" sino ahora?
Y cuando los buenos no son solo buenos? y los malos no son solo malos?
Pasa que nos perdemos, nos confundimos, no somos capaces de grandes hazañas porque nuestras motivaciones no están claras y por supuesto no nos ganamos el "felices para siempre"

Creer, tener fe, confiar...
En los cuentos infantiles, sobretodo en las versiones "edulcoradas" a las que estamos acostumbrados, los personajes son unidimensionales, personifican valores y resultan fáciles de identificar. Creemos en ellos. En las telenovelas, sobre todo las más básicas, en las películas "fáciles" pasa lo mismo, por eso son "fáciles" no hay mucho que pensar. Pasa en los deportes, cuando nos reconocemos hinchas de algo. Cada vez que nos volvemos fanáticos de cualquier cosa, es porque somos capaces de poner toda nuestra fe en ese algo, ese algo representa un absoluto, no nos cuestiona moralmente, no nos hace "trabajar" en discernir sus evoluciones, sus implicancias. No nos enfrentamos a la cualidad humana de ese algo, porque lo humano evoluciona, cambia y se transforma, el valor absoluto, no.
¿Qué peligro moral puede haber en decir que la comida peruana es la mejor, más allá de alguna discusión purista sobre recursos gastronómicos?
El verdadero riesgo de apostar por algo, por una empresa o dinámica humana, es que esta cambia, que evoluciona y que no será siempre aquello que nos convocó inicialmente. Volverse fanático,  hincha, creyente de algo que no siempre será lo mismo es casi imposible y seguramente insano.
Entonces por qué nos arriesgamos a creer?
Qué impulso nos lleva a creer en alguna empresa evidentemente humana, o más directamente qué nos hace creer en alguien?  De dónde sale la confianza que ponemos en un político cuando votamos por el/ella convencidos hasta la médula de que finalmente generará un cambio. De dónde sale la confianza que ponemos en determinados lideres de opinión, figuras publicas, seres mediáticos si una y otra vez nos demuestran que son seres humanos igual de volubles y cambiantes que nosotros. Como logramos confiar en alguien? en quien sea, para lo que sea?
Es muy fácil creer en DIOS porque DIOS es perfecto
Es bien fácil creer en el bueno, el heroe, el noble..... Solo que el bueno no existe
Y seguimos buscando confiar en aquellos que sí existen.
Porque nos identificamos con esa búsqueda de la permanencia?
Porque no entendemos la vida como un absoluto sino como una serie de momentos, absolutos en si mismos, que unidos unos a otros hacen el transcurrir del tiempo; y en cada uno de estos momentos podemos estar absolutamente seguros que el bueno es bueno y el malo es malo a pesar de que en el momento siguiente eso pueda cambiar?
Porque nacemos con la capacidad de depositar esperanzas y fe ciega en lo imperfecto, en lo relativo, en nosotros mismos?
O quizás porque creemos que en algún lugar en algún momento esta vieja tierra que transitamos se convertirá en un lejano país...

viernes, 26 de octubre de 2012

Contrastes y bienvenida


Hoy llegó L de su viaje. 
Tiene 5 años  y se fue cinco días con su colegio a Huancayo. Todos, desde tres años hasta cuarto de media, acompañados por decenas de profesores, encargados de limpieza, trabajadores de administración, ocho buses llenos de una comunidad pequeña pero gigante, a descubrir un poco del país, un poco de ellos mismos, un poco de su independencia y de su identidad, a tomar un curso intensivo de ciudadanía y peruanidad. Nos dejaron aquí a los padres, angustiados, orgullosos y felices, porque sabemos que al regresar, esos niños serán un poco más humanos y un poco más "grandes"; porque sabemos que regresaran con historias y recuerdos que ya no son nuestros, son solo suyos y, buenos o malos, los enriquecen.
Mientras L estaba lejos, su ciudad cayó, una vez más en el caos, en la in-humanidad, y pasaron cosas que no puedo contarle. Murieron personas. Murieron dos personas por acción de otras personas. 
"En tu ciudad hijo, existen intereses económicos que generan acciones de violencia que resultan en muertos y heridos" "En tu ciudad hijo, en tu país, existe una desigualdad social, económica y educativa inmensa, y solo le hacemos caso cuando algo explota, cuando explota una bomba, cuando explota la violencia, cuando explota la vida, a palos" 
Yo no quiero tener que decirle eso.
Y la verdad se hace evidente, L y yo estamos del lado afortunado, afortunadísimo, que se va de viaje, que estudia, porque estudiar es un lujo. Y que accede, a lo que sea, accede. Y entonces resulta necio estar escribiendo esto. A veces parece que un país unificado, con prioridades bien puestas, es un sueño lejano. Un norte al que no llegaremos nunca. Y debo confesar que en esos momentos de desesperanza suspiro de alivio porque L, y yo, estamos del lado afortunado, y pienso en lo poco que hago. En lo poco que hacemos. Y me siento derrotada.
 Entonces recuerdo a mi mamá hablarme de las diferencias entre las personas, de la bondad que habita en cada individuo,  y de como siempre, siempre, los actos negativos son resultados de las carencias y no de la naturaleza humana. Recuerdo su indignación en los momentos en los que se enfrentaba a un juicio de valor sobre un otro, siempre empática, siempre optimista y siempre creyendo en los demás. Recuerdo cuantas veces la taché de ilusa y excesiva, y cuantas veces ella insistió en su tarea de hacerme creer en la gente. Y me agarro de esa tabla. Si ella pudo criarme, criarnos, en esta ciudad, creyendo en esta ciudad; en este país, creyendo en este país, yo también puedo. Si ella sigue persiguiendo ese norte lejano, a su manera, individual y "pequeña", yo también puedo. Y ese "poder" me da fuerzas.
"En tu ciudad hijo existen tantas cosas buenas y tantas cosas malas, y tanta gente que merece más oportunidades, tanta gente que no es igual a ti y que es igual de maravillosa que tú. Tu ciudad y tu país pueden llegar a ser felices, y armoniosos, y justos, para todos. Y aunque parezca muy difícil, cada cosa que  hagas en la vida puede ayudar a que eso pase. Cada acción que tomes en la vida puede acercarnos a ese norte"
Mientras tanto lo veo llegar de su viaje, cansado, "grande", feliz, y me alegro de que no tenga que pensar en lo que yo estoy pensando. Y también me alegro de que en algún momento, no tan lejano, el también tendrá algo que decir, algo que hacer, en este mundo.

martes, 23 de octubre de 2012

Mi BLOG me denuncia por abandono, aparentemente ahora prefiero al mas joven y menos profundo TWITER

lunes, 17 de septiembre de 2012

Aviación con Javier Prado

"Es grandaso mamá!"- "vamos por la escalera mecánica!"
Domingo, 10:45 am.:  L y yo llegamos al Gran Teatro Nacional como quien llega a un parque de diversiones. Para L casi cualquier lugar grande y con rincones desconocidos es como un parque de diversiones. Para mi ya no, pero este espacio nuevo, en la esquina de dos avenidas gigantes  (y no particularmente bonitas) de Lima, este edificio enorme y moderno, equipado con lo mejor en tecnología escénica -plataformas, caja acústica  luminarias, etc- y con capacidad para mas espectadores de los que están acostumbrados a convocar nuestros teatros; ES un parque de diversiones, excitante, espectacular y emocionante.
 "Salome", por el elenco de ballet nacional.
 en la puerta una señorita sonriente dijo "Saben que es para mayores de 10 años, ¿no?", mi amiga M, que trabaja en el Gran Teatro Nacional le contestó, "Sí ya nos explicaron, no te preocupes", señaló a F de diez años y a L de 5 "son hijos de artistas",  mas tarde me comenta "en un momento hay una transparencia de tetas por unos segundos", yo pienso en cada vez que L ha prendido la tele en algún canal de películas y ha visto algún comercial con imágenes sexuales (en fin...).
Entramos a la platea. No estaba lleno pero había gente, adelante mio una señora de 60, elegante y evidentemente conocedora de ballet; a mi derecha un grupo de jóvenes menores de 30, a mi izquierda una familia, cuatro generaciones, hombres y mujeres, parecía que era la primera vez que entraban a un teatro.
 L quería ver como hacían para cortarle la cabeza a Juan Bautista sin matar al bailarín.
En el intermedio me encuentro con JC, también trabaja en el Gran Teatro Nacional, mira a su alrededor y me dice "que bonito verlo con gente ¿no?" su comentario me llena de una infinita ternura;  pienso "ojala a estos talentosos amigos míos les dejaran hacer más cosas, ojala y les dieran mayor margen de acción, estoy segura de que no faltan las buenas ideas"
Horas mas tarde me comentan "el Ministerio va a entregar la dirección del Gran  Teatro Nacional a terceros,   se hará una licitación y quedará al mejor postor"...
Un espacio como este es muy difícil de manejar, si. Un espacio como ese cuesta muchísimo mantener, si. No existen en Lima muchas personas capacitadas para darle una dirección coherente y productiva a un espacio como este, no. Todo eso es cierto. PERO... El Gran Teatro Nacional podría ser el espacio físico que acogiera la realización y concreción de una política cultural escénica del Ministerio, SI. El GTN debería ser, además de un edificio impresionante, un lugar con un gran corazón, Si. El GTN deberia trabajar para acercar a la mayor cantidad posible de peruanos a la creación, consumo y aprecio por la cultura escénica que se genera en el Perú? SI, Si,si, siiii!
Y lo que tenemos ahora es esa gran oportunidad.
Entonces, en nombre de L, que disfrutó mucho ver al elenco nacional de ballet ayer por la mañana en el Gran Teatro Nacional, yo pediría al Ministerio de Cultura:
-No declinar del trabajo de gestión que significa darle vida a ese teatro.
-No dejarle a alguna productora privada la responsabilidad de programar y organizar un espacio que debería organizarse y programarse de acuerdo a las políticas culturales del estado. Pensando en la gente que aun NO consume Arte escénico en vez de en la gente que no solo la consume sino que la asume como un lujo.
- Generar esas políticas culturales con responsabilidad y creatividad, salgamos de la caja! pensemos en que las ideas más originales y aparentemente arriesgadas son las que generan mejores resultados. No menospreciemos nuestros públicos potenciales!
-Confiar en los (pocos aun, cada vez más) profesionales del campo de las artes escénicas que se han ido formando en los últimos años. Facilitarles el trabajo, apoyarlos, simplificar procesos dentro de lo posible.
-Llenemos ese Gran Teatro tres veces al día con entradas de 3 soles en vez de una sola vez a la semana con entradas de 60! Es un sueño, pero por algo se empieza!!

Por la noche abrimos el programa de mano de "Salome" y lo hojeamos, como para recordar lo que hemos hecho en el día, vemos las fotos, leemos el argumento y los nombres del elenco. En la penúltima página una foto de ensayo, un bailarín en pleno salto, las puntas perfectas y los brazos en el aire,  "Mira mamá, está volando!"

miércoles, 22 de agosto de 2012

Estimada limeña, Carta (ficticia) a una presunta jipster

Estimada limeña:
Me pregunto, ¿Por qué siente usted la necesidad de hacer, o participar en un video en el que se cuestiona a uno de los accionistas de las mineras que operan en su país, cuando no puede considerarse entre los directamente afectados por estas operaciones? ¿Qué le importa a usted como funciona una mina que se encuentra a kilómetros de su habitat? ¿Qué le importa a usted si esa mina opera de manera sostenible, respetando a la naturaleza y respetando a la gente que vive cerca a ella? Deje que sean ellos los que se quejen, total, usted vive bien lejos y toma agua de botella que compra en wong y está acostumbrada a ver como el cemento se traga a la tierra y al cielo.
Además, no se me haga la loca, yo la he visto bien vista y usted, déjeme decirle, pertenece a ese grupito de peruanos que se benefician de la realidad económica que generan empresas como Yanacocha y sus hermanas. Dígame sino, ¿No fue usted a un colegio privado? ¿No estudió en una universidad bien cara? ¿No se la pagó, además, su papito? Si es así, ¿Por qué se queja? ¿Qué quiere probar? Agradezca nomas que la distancia social y económica entre los peruanos sea abismal, que la ínfima re-inversión que hacen las potencias económicas esté destinada a crear los productos que usted consume y los servicios que usted usa, ahí en la ciudad capital. Agradezca y cállese la boca, no cuestione. O acaso quiere que la riqueza se re-distribuya, que los beneficios de la explotación de recursos se des-centralicen, qué los recursos naturales se protejan para beneficio de la humanidad que se viene en el futuro? A usted que le importa el futuro? A usted que le importa la provincia? A usted que le importan los demás?
Mírese al espejo estimada limeña, no es evidente que su mayor preocupación en la vida es cómo vestirse o peinarse, qué accesorios se están usando, cual es la última tendencia; no se comunica usted con sus amigos usando facebook, no demuestra su "indignación" a través del Twitter, no escribe un blog con aires de literata barata y pseudo izquierdista?? ¿Qué relación puede tener usted con una problemática como esta? ¿Por qué no le deja estos temas a quienes saben? ¿Qué la acredita para hablar de economía, o de desarrollo, o de ecología? ¿Qué la valida para meterse en asuntos que le conciernen al gobierno de su país, a las empresas que invierten en su país, y por ultimo, a las poblaciones que usted ni siquiera conoce? ¿Acaso se reconoce usted como una peruana más, acaso su idea de democracia le da derecho a expresar sus inquietudes, acaso se esta basando en fundamentos ilusos como los derechos humanos o los acuerdos de protección del planeta que se vienen firmando en los últimos años?
Estimada limeña, cállese la boca y no pregunte. No moleste a los señores que están trabajando en sus enormes empresas, con sus enormes presupuestos. No moleste a los señores que están desarrollando políticas importantes en sus despachos. No importa que esos presupuestos y esas politicas estén delineando el Perú que usted  eligió para tener hijos. No importa que esas políticas y esos presupuestos estén devastando el país que usted ama. No importa que esas políticas y esos presupuestos estén violentando a quienes usted llama sus compatriotas. Todo eso no le importa a usted, así que cállese la boca; y de paso no escuche, cierre los ojos, deje de pensar y sentir y creer. Piense en el desarrollo (así como se lo están vendiendo), piense en el bienestar de todos (así como se lo están vendiendo), no se deje influenciar por los agitadores, ni por los reclamos de las poblaciones, ni por lo que le parece correcto, ni por lo que sueña para el futuro del mundo. No ejerza su rol de ciudadana, de peruana, de madre, de mujer. Déjese de tonterías, dedíquese a vivir su vida en silencio, aproveche que las cosas malas no la tocan directamente y sobretodo no me venga con videitos.


jueves, 2 de agosto de 2012

Tortícolis y felicidad

Me encanta el CIRCO!!!
Buuuuu! que original! a TODO EL MUNDO le encanta el Circo....
Lo que más me gusta del Circo son los errores.....
Ahhhhh....

En el teatro solemos decir "Si te equivocas, el único que se da cuenta eres tú".  El público no sabe qué va a ver, por lo tanto- la mayoría de veces- un error, si el actor está bien entrenado y presente en el escenario, solo tiene como resultado un momento de angustia interna (para el pobre actor y sus compañeros) y un traspiés casi imperceptible para el espectador. Y si llega a percibirse, el público tiene la consigna de hacer como si nada,  y entonces la historia sigue su curso.
En el circo no es así.
En una función de circo, a diferencia de una función de teatro, cuando algo no sale bien, como debería de salir, el público se da cuenta. Resulta evidente que el equilibrista pisó mal y perdió el equilibrio, o que el volantinero no debió caerse o que al malabarista se le fue la clava  de las manos, y en esos momentos todos, artistas y espectadores se unen en un mismo objetivo: que el acto se realice.
En el Circo todos somos iguales, todos somos libres y todos somos hermanos (Como en la revolución francesa!)
Realmente no importa el género, color, religión, nacionalidad o sexualidad; si eres talentoso y te sacas la mugre entrenando te puedes parar en el escenario, sino te sientas en el publico. Ahí todos podemos ser iguales.
Si eres feliz volando por los cielos, saltando metros hasta aterrizar en los hombros de otro, o corriendo sin rumbo aparente y jugando con completos desconocidos (o si eres capaz de ser ese completo desconocido); si disfrutas la risa en forma de carcajada, o el grito de asombro que se escapa de la boca por puro asombro, o sentirte maravillado, extasiado, ilusionado; con los ojos bien abiertos y las pupilas dilatadas, entonces perteneces al circo. Ahí todos podemos ser libres.
Si estás buscando algún lugar, algún espacio en el que por un instante (o varios segundos) cientos de personas (personas distintas entre sí, con ideas distintas sobre el mundo o la vida) respiren a un mismo ritmo, hagan silencio al mismo tiempo, detengan sus pensamientos y pidan el mismo deseo; anda al circo y espera a que algo salga mal. Ahí todos somos hermanos.
Y es que en el circo no hay "ideas". Solo hay sentimientos y actos. Nadie está tratando de convencer a nadie de nada. La gran verdad que se hace visible en medio de esa enorme carpa circular es que todos somos seres humanos, capaces de grandes cosas, poniéndonos a prueba, parándonos al filo del acantilado, vulnerables, frágiles y mortales. Esa gran verdad, que todos conocemos o intuimos, nos hace enormemente empáticos, solidarios a prueba de balas, tremendamente humanos.
Entonces una función de circo es una pequeña revolución, un par de horas en las que todos los involucrados probamos un poquito de esos valores casi utópicos; igualdad, libertad, hermandad; una función de circo puede ser una experiencia que nos revela la hazaña más grande de todas, el verdadero virtuosismo, la mejor acrobacia: la capacidad olvidarnos de UNO mismo para ser TODOS.
Quizás piensen que exagero y que escribo demasiado emocionada, pero qué puedo hacer. Me encanta el circo, y acabo de ver una función con L, y fui feliz viéndolo reír, y mirar hacia arriba, hacia el cielo, donde unos queridos desconocidos volaban por los aires, absolutamente confiados en que todo iba a estar
bien.











viernes, 13 de julio de 2012

"Entre tu Arte y mi Arte..."

Frecuentemente pierdo la esperanza de que el arte pueda cambiar el mundo.
Y como no, si cada vez veo que se produce más arte (el arte se ha ido acumulando desde que existe el hombre, no?) y cada vez me parece que el mundo se aleja más del cambio.
Cuando entro en estas lagunas de incredulidad llego a pensar que el arte es una trinchera para algunos de nosotros, un refugio para encerrarnos en él y desde adentro creer que estamos haciendo algo al respecto... El arte o "eso" que estamos haciendo en lugar de ir a marchas o protestar contra las cosas que dañan al ser humano, es un "ampay me salvo", un fácil y rápido "esta-es-mi-manera-de-generar-un-cambio" , y simplemente no fuimos a una marcha y no protestamos contra las cosas que dañan al ser humano. Cuando entro en estas lagunas de incredulidad me siento inservible, vencida por la apatía, por la flojera o por la vanidad, y me doy un poco de cólera. 
Por suerte, hasta ahora y ojala me siga pasando en el futuro, cada vez que caigo en una de estas lagunas, algo me rescata, a veces yo misma y mis propios argumentos (revisados, revueltos y re-sabidos), a veces la pasión de otros, a veces una experiencia concreta.
Fui a ver "El deseo más canalla", una de esas obras de teatro que no son una historia clara, ni un mensaje directo, sino una serie de estímulos, imágenes, emociones; hilvanadas por un argumento simplísimo, o complejísimo (la elección queda a tu capacidad de imaginar); una versión libre sobre el texto del autor Aristides Vargas, creada por el colectivo Panparamayo. Y salí del teatro pensando que el arte es política, despojada de la palabrería, deslindada de la economía y potenciada a su mejor expresión por la belleza de sus códigos. El arte es (o puede ser) el esfuerzo de uno o varios ciudadanos por intervenir en los asuntos públicos, con su opinión, su voto o de cualquier otro modo. Ese "cualquier otro modo" que busca  enfrentar a los demás con su historia, con sus motivaciones o con sus ideas, con su sensibilidad, con su humanidad. Ese "cualquier otro modo" pretende "intervenir en los asuntos públicos", porque está hecho para un otro, para un semejante-pero-no-yo-mismo y confrontarlo. Ese "cualquier otro modo", al que llamaremos danza, o música, o fotografía, o escultura,o performance, o, o, o; es una valiente manera de hacerse visible como ciudadano, y más aún, como ser humano, y decir "esto es lo que creo y siento con respecto al mundo (por lo menos de momento), y tu?". Y muchas veces en el camino ese "otro modo" se cobra nuestro tiempo, nuestro sudor, nuestra tranquilidad. Ese "otro modo", por lo tanto, sí sirve. El arte comprometido, riguroso y sincero SIRVE.  
Y a partir de ahí se podría hablar de muchas cosas, podríamos hablar de lo elitista que es "el arte", de las pocas políticas que tiene el estado para hacerla más accesible, del arte que se hace llamar así pero que en realidad es solo entretenimiento, del arte como medio de propaganda, como estilo de vida, como producto comercial, del arte que nadie logra apreciar por críptica y pajazomental del artista, y finalmente de qué miércoles creo yo que es ARTE y quién me creo para estar hablando de estas cosas, pero de eso no se trataba esta entrada... y los qué me entienden me entienden,  ojala me entiendan los de Panparamayo. Y si no me entiendes, pues lo importante es que de momento me rescataron de mi laguna de incredulidad , y a seguir para adelante....

jueves, 5 de julio de 2012

Microvision de algunas cosas que vienen pasando...(o "zapatos de viaje")

Que difícil es ponerse en los zapatos del otro.

En los últimos días han venido sucediendo hechos de violencia, muerte y atropello a los derechos humanos a raíz del conflicto que existe en la sierra norte entre los pobladores y organismos de defensa de la ecología y la minera Yanacocha, el estado y las fuerzas armadas. El conflicto CONGA, un conflicto antiguo y complejo, y con implicaciones a muchos niveles; un conflicto que además, pone en evidencia la incoherencia de las políticas implementadas por el poder ejecutivo y expone claramente la dirección que mantiene el gobierno de Ollanta Humala y su gabinete. En Lima (y en otras partes) muy pocos somos capaces de entenderlo, porque usamos otro tipo de zapatos.
En paralelo se lanza un comercial dentro de la campaña "marca Perú" para publicitar el Perú como destino turístico en el extranjero; un spot de 3 minutos en el que un hombre español de 50 años recibe un vídeo grabado 20 años atrás por él mismo en un viaje por nuestro país, con el objetivo de hacerle (hacerse) recordar lo importante de valorar la vida y de paso re descubrir las experiencias ricas, intensas y variadas que vivió en ese viaje.
Primero- antes de ver el comercial- me dió cólera. Por supuesto que me da cólera que el gobierno (verdadero emisor de la campaña) sea capaz de decir "vengan a disfrutar del Perú señores extranjeros, señores peruanos, esperen unos siglos más, ya les tocará su turno", me da cólera y me resulta ridículo que en este momento estén pensando, e invirtiendo, en promocionar el turismo. El TURISMO! quizás la actividad que se ve más afectada por los niveles de conflicto social en los que estamos (Claro! vengan al Perú, traigan bloqueador solar, cámara de fotos y cremita para los golpes por si te agarra la policía sentado en una plaza y te muele a palos, total, estamos en estado de emergencia...). También me da cólera que haya tanta gente inteligente y creativa (y tantos recursos) dedicándose a diseñar una "marca Perú" en lugar de ayudar a la constitución de un "producto Perú", de una "identidad Perú", no para vender afuera (todavía) sino para apostar aquí dentro, una identidad tan compleja como la nuestra, en la que todos nos sintamos incluidos, ese es un mensaje urgente; y seguramente la base verdadera de la "marca" que luego le podremos ofrecer al mundo.
En fin, luego de todas estas cóleras, vi el comercial y por supuesto, solté mi lagrimón. Claro, para eso está diseñado, y me enorgullece decir que aun no he llegado a un nivel de cinismo que me impermeabilice completamente al efecto de algunos mensajes publicitarios (llorar con algunos comerciales es un signo de sensibilidad femenina- o de que te va a venir la regla).
Yo no soy publicista, ni socióloga y seguramente no tengo toda la información necesaria para hacer un análisis completo, ni del comercial en cuestión, ni menos aun de los conflictos sociales que atravesamos (desde hace ya varias décadas). Si tengo una ventaja frente a muchas personas, y se la debo a la clarividencia de mis padres. Conozco el Perú. No sé los nombres de los ríos ni recuerdo claramente que ciudad queda en que región, pero (con excepción de Iquitos) he viajado a todas las provincias de la costa sierra y selva. Viajaba con mi colegio y viajaba con mi familia, viajaba por tierra, en carro, viajé incluso durante una época en la que no se salia de Lima, por el peligro que significaba el conflicto armado en el resto del país. He escuchado a mis papas decir "Que maleados fuimos, como nos mandábamos a hacer esos viajes, y con los chicos" y yo se los agradezco intensamente (más que casi todo lo que me han dado en el transcurso de mi vida, que ha sido mucho), porque para mi, ahora, Cajamarca, y sus lagunas y sus montañas, y su gente, tiene un significado personal, vivido, experimentado. He comido su comida, he escuchado sus sonidos y he respirado su aire. Y así, Huaraz, y Piura, y Moquegua, y Madre de Dios....
Entonces mi idea de "Perú" no es Lima (solamente), no está marcada por un comercial publicitario (ni por un discurso político) y me despierta un patriotismo bien profundo (sin ingenuidades, porque todo lo verdaderamente bueno también tiene su "verdaderamente malo"), y mi idea de "Perú" me hace reconocer, primero y antes que nada, que mis "zapatos" no son los únicos. Que mi visión de progreso, futuro, patria o desarrollo; no es la única. Que el bienestar de mi país no es, solamente, mi bienestar, aquí en mi pequeño reducto de "barranquinadas y culturerias". Que hay tantísimo Perú por reconocer y validar. El núcleo de nuestra identidad posiblemente habite en nuestra diversidad, si es así, ¿Cómo vamos a sentirnos peruanos si no toleramos las diferencias?¿Si no valoramos las diferencias?
Tres conclusiones
1-Hay que viajar por el país. Hay que conocer este país que todavía no entendemos bien. Hay que conocerlo para que nos importe de verdad, porque a nadie le importa aquello que no conoce. Y hay que viajar por tierra porque es super-archi-fucking divertido!
2-Hay que educar peruanos que viajen por el país. (pequeño homenaje a mis viejos, a su plata que se gastaron- mucho menos que para llevarnos a Miami-, a su tiempo que invirtieron, a su esfuerzo y a su visión. GRACIAS!)
3-Hay que tratar de ponernos diferentes zapatos para caminar por el mundo.









miércoles, 27 de junio de 2012

SACI: Síndrome de Abstinencia de Comunicación Inmediata


Me quedé sin celular.(Todo va a estar bien, todo va a estar bien, todo va a estar bien....)
Me bajé del taxi creyendo que el aparatejo se había deslizado, como siempre, de mi mano al bolsillo interno de la cartera. Precavida, di una ultima mirada al asiento trasero del Tico blanco y lo único que vi fue un asiento trasero pero ahí quedaba, camuflado por su elegante color negro mate: mi celular, mi terminal comunicativo, el hipotálamo de mi vida social y profesional, mi aleph personalizado. Se quedó, lo abandone. Y ahora? a raspar el fondo de todos los chanchitos para reponerlo lo antes posible, antes de perder demasiadas llamadas, alertas, mensajes, chats, watsaps,o cualquiera de "esos" que se invente en las próximas 72 horas, y mientras tanto? a conectarse a internet cada vez que se pueda, desde la pantalla que esté más a la mano, a revisar distraidamente la cartera cada pocos minutos para encontrar nada más que su ausencia, a reducir el contacto con el mundo y concentrar la atención en un solo mensaje a la vez! o a veces en ninguno!! A tener que escuchar a la gente mirándola a la cara-A decir las cosas con palabras en lugar de usar caritas con gestos diversos- A no saber a cada instante donde está cada uno y en que está ocupando su tiempo.
Maldito SACI! Maldito seas! Mi cuerpo reacciona. Mis dedos teclean el aire, mis pupilas se enfocan en una pantalla que ya no existe y mi ansiedad se eleva a niveles insospechados mientras pienso en todo lo que NO estoy "sabiendo" a tiempo real, mientras pienso que en alguno de esos mensajes que NO estoy recibiendo contiene quizás, la razón de mi existencia? el amor verdadero? el secreto de la trascendencia del alma? 
Me conecto a otras pantallas, insulsos placebos, y pretendo regresar a la normalidad usando un teléfono fijo, que ni siquiera tiene la decencia de ser inalámbrico. Y sufro pensando en todo lo perdido. Números de contacto, fotos, música, años de acumulación virtual sin backup y sin esperanza. Todo está perdido... Todo. El Sindrome de abstinencia en todo su esplendor.
Entonces viene L y me dice "léeme un cuento".
Me arrastro a su cama y me echo a su lado, huele a shampo y a pijama, su pelo esta húmedo y ha prendido su lamparita de noche, me pone en las manos un libro sobre dinosaurios ( el favorito de la semana) y bajo la cabeza una almohada naranja y otra en forma de ballena. "Lee". L respira, lentamente, placido, respiración de nueve de la noche (todo está bien, todo está bien, todo está bien...) Leo, L se recuesta en mi hombro. De niña me metía debajo de la sábana con una linterna (una linterna de verdad, no de celular) y leía "Mujercitas" de un tirón, en una noche, la novela completa, y todo mi ser se concentraba en cada letra, una por una y momento a momento. Letras en un papel, hojas que se prenden entre los dedos, olor a libro, a shampo y a pijama. Me entero de cosas muy interesantes sobre los dinosaurios, cosas que no se sabían cuando yo era niña, cada vez existieron más dinosaurios. L me escucha atento, a veces pregunta, a veces me corrige. Al rato se voltea y me da la espalda, eso significa "suficiente, ya puedo dormir, gracias" y yo me quedo echada en un pedacito de su cama mirando al techo. En el techo hay estrellas y planetas fosforescentes que se encienden al apagar las luces. Se ven exactamente igual a la platea de un teatro vista desde arriba, varias lucecitas en la oscuridad, varias pantallitas en la oscuridad que se resisten a apagarse, varios seres aterrados ante la perspectiva de desconectar... ¿ante la incapacidad de conectar?
L duerme, me imagino que está soñando con dinosaurios de colores. Los dinosaurios no tenían celulares. Todo va a estar bien, todo está bien, todo está bien.


viernes, 22 de junio de 2012

El delicado arte de convivir con una extraña

"Una vez que tienes un hijo tu vida no vuelve a ser la misma", una frase repetida tantas veces que ya casi perdió sentido (como cuando repetimos zanahoria zanahoria zanahoria zanahoria...), y tan cierta.
Antes de que naciera L yo era mujer, peruana-limeña, comunicadora (en el pasaporte), teatrista y teatrera, hija, amiga, hermana, novia (eventualmente), y algunas etiquetas más; que, con mucha gracia y salero lograba malabarear para no frustrar los impulsos iniciales que me habían llevado a ser tantas cosas. 
A la llegada de L me convertí en madre. Y todo lo demás se volvió secundario. Y no es algo que suceda porque de pronto parimos y decidimos que que lindo dedicarse únicamente al hijo, no. Es bien concreto: o reduces/eliminas  la dedicación a todos los otros roles que cumples en la vida o pones en riesgo la supervivencia y/o bienestar de tu cachorro. Punto. Entonces, si realmente quieres mantener a flote alguna de las etiquetas que antes ostentabas necesitas ayuda. Una manada, o como le llamamos nosotros, una familia. Empiezas a construir un sistema de soporte que te permita invertir una porción de tu tiempo (y tu esfuerzo) en todo lo demás, nunca como antes (menos horas de sueño, más ojeras, menos tiempos de ocio y el reclamo constante de tus amigos aun "multifacéticos") pero por lo menos de manera aceptable. Y por supuesto la familia viene en diferentes modelos y colores pero casi siempre está compuesta de individuos que- o sorpresa!- también tienen una vida propia, entonces llegas al punto inevitable (casi siempre) de buscar ayuda en alguien más.  
¿Alguien más? Una... ¿Nana? ¿"Mujer que cría de sus pechos a una criatura ajena"?
Yo nunca tuve una Nana, mi mama contrataba a una mujer que entre otras cosas, como cocinar, limpiar o lavar, se encargaba de que mis hermanos y yo no nos diéramos de cabezazos contra el suelo o de que nos laváramos los dientes por lo menos una vez al día, pero su presencia no era permanente. De ninguna manera nos iba a "cuidar" exclusivamente a nosotros, ella trabajaba en la casa. De ninguna manera iba a acompañarnos al cumpleaños de algún amigo, eso lo hacia mi mamá y si ella no podía pues no íbamos. De ningunisima manera se nos hubiera ocurrido decir: ella es mi nana. Era una amiga, un poco mayor, a la que había que hacerle caso o se enteraba la mamá. Y se llamaba Jacky, o Kasilda, o Nancy.
Las cosas han cambiado, lo sé. Algunas cosas han cambiado para bien. Las leyes y regulaciones laborales ya reconocen y protegen el trabajo de las empleadas del hogar (siempre que la empleadora sea consciente y la empleada conozca sus derechos). Hay otras cosas que no han cambiado, todavía le pagamos más al pata que nos repara la refrigeradora que a la mujer que se encarga de cuidar, proteger y criar a nuestros hijos. Todavía mantenemos ese tufillo colonial cuando nos referimos a quien mantiene nuestra casa limpia. ¿Nos sentamos a la mesa con ella?¿Sabemos quién se ocupa de su prole mientras ella se ocupa de la nuestra? Y todavía, por supuesto, es una extraña en la casa, existen notables excepciones, pero casi siempre es una extraña a la que no nos interesa conocer. Y aquí viene el asunto: ella está educando a nuestro cachorro, y en los casos mas extremos, ella SOLA está educando a nuestro cachorro. Y es su voz la que lo arrulla y su olor el que él reconoce como familiar y su corazón el que le marca el paso, y luego, unos años después, nuestro cachorro va a recibir (ojala no de parte nuestra) el mensaje inequívoco que le da nuestra ciudad: Esa voz, ese olor y ese corazón son menos buenos. Esa persona a la que amaste y que te amo de niño, es inferior,  y voila! nuestro cachorro se convirtió en un confundido y acomplejado limeño más.  
Entonces? 
La señora J que trabajó en mi casa por casi un año, que construyó una relación con mi hijo en base a esfuerzo, constancia y cariño; la única testigo de miles de horas en las que yo andaba por otro lado, priorizando otras etiquetas; decidió un buen día no regresar, sin previo aviso, sin ninguna explicación, sin decir chau y sin devolver la llave.
Entonces?
Entonces, una vez más, en la búsqueda de la perfecta extraña. Una extraña entrañable, que lea cuentos y corrija y ponga limites con amor, y cocine y limpie y sepa coser y sepa bordar y sepa abrir la puerta para jugar. Que me permita ser un poquito de todas las cosas que quiero ser, y que, ojala, tenga entre sus propias etiquetas la de amiga y cuidadora del hijo de esa chica de la casa en la que trabajo.

miércoles, 20 de junio de 2012

Y así pasaron diez años...

Pasaron diez años "como quien no quiere la cosa" y la Universidad no me suelta. Ahora del otro lado del pupitre, dando la espalda a la pizarra, en el desgraciado limbo al que pertenecemos aquellos que no nos mandamos a hacer la tesis, ostentando el, nada elegante y poco respetable título de "JP".
Entonces cada cuatro semanas me detengo y me pregunto: ¿Te gusta esto o lo haces para tener una entrada de dinero fija que te permita pagar las cuentas?... y cada cuatro semanas, para mi sorpresa, me respondo: Las dos cosas.
El ejercicio de acompañar una clase (de la misma manera que acompañar el crecimiento de un hijo) puede ser un cruel recordatorio del paso del tiempo. No digo "enseñar" porque no me gusta otorgarme la responsabilidad de enseñarle nada a nadie (¿quien soy yo para hacer eso?) y porque en estos diez años si algo he entendido es que nadie aprende (aprehende) escuchando a otro, sino reflejando la experiencia y visión de otros en si mismo, por tanto: acompaño (y cada vez mas seguido cuento  anécdotas) a mis alumnos y en nuestros seis (en realidad tres y medio, aunque a ellos les cobren seis) meses por semestre, los veo hacerse de una cantidad importante de "información" que luego la vida se encargará de ordenar en su cerebro y en su corazón.
"Lo mismo hice yo hace un poco mas de diez años" "¡DIEZ años!" y realmente cierro los ojos y espero por un segundo abrirlos y ver las caras de mis compañeros de promo en esa rotonda, las fachas de universitarios-artistas-nosvestimosasiporquetrabajamosconelcuerpo, repasando letra de alguna escena, organizando algún trabajo o-y esto debe de haber desesperado a todas las buenas almas que tuvieron la dudosa suerte de compartir el pabellón "Z" con nosotros- estirando las articulaciones o calentando las "cuerdas vocales" (todas queríamos ser nuestra maestra de Expresión Oral y corporal) en el medio del pasadizo. Y creyendo. Porque sin importar los estigmas y las frases hechas y las advertencias paternas, que tuve la suerte de nunca escuchar, nosotros creíamos. Teníamos fe. En el teatro, en nosotros, en el medio que pronto seria nuestro, en el país. Así salimos a la "vida" y avanzamos (bien juntos al comienzo, y con el paso de los años, cada uno por su propio camino pero sin perdernos de vista) y si bien nunca me soltó la Universidad (nunca en estos diez años dejé de viajar hasta San Miguel al menos una vez por semana) recién hace muy poco tiempo me reconozco mas "docente" que estudiante. Ahora sí me veo como se veían mis profesores! Y cuando aparece esa fe "ciega" en alguno de mis alumnos, esa mezcla de ilusión, pasión e ingenuidad; y me doy cuenta de que ya no habita en mi, por lo menos no de la misma manera, se ha transformado, es la fuerza motora de casi todo lo que hago y tema para toda una entrada seguramente, pero ya no es Fe y ya no es " ciega", ya creció. Ya llegó a la edad de la "razón".
A veces escucho hablar a algún alumno y  me da la sensación de que en algún momento entre esa rotonda de hace diez años y ahora, alguien me robo algo.